Hoy, el Instituto Champagnat de Pasto hace una pausa… no para decir adiós, sino para dar gracias desde lo más profundo de nuestro corazón, gracias, por tanto, Hno Ismar Portilla Benavides.
Desde cada rincón de la escuela, desde la alegría de los más pequeños hasta la mirada esperanzada de aquellos que están por partir, todos levantamos una sola voz para rendir homenaje a su tiempo con nosotros. Hermano Ismar Gildardo Portilla Benavides, no solo fuiste nuestro director. Fuiste maestro, hermano, guía y ejemplo. Con tu presencia tranquila, tu mirada firme pero llena de amor, y tu fe inquebrantable, nos enseñaste que educar es un acto de amor y servicio. Planteaste en nosotros el espíritu marista con cada gesto, cada palabra, y cada silencio lleno de sabiduría. Nos mostraste que liderar es acompañar, y que servir es la forma más alta de amor.
Hoy no te vas solo. Llevas contigo el cariño profundo de toda una familia: estudiantes, docentes, personal de apoyo y padres. Todos te decimos, con lágrimas en los ojos pero con gratitud en el alma: ¡Gracias, Hermano! ¡Gracias por tanto! Este siempre será tu hogar. Y serás parte viva de nuestra historia, de nuestra memoria y de nuestro corazón.
Con amor, orgullo y profunda gratitud, tu Comunidad Educativa Marista del Instituto Champagnat de Pasto. "Para educar, hay que amar."
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